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EL AZOTE DE LA EXCOMUNIÓN

No te obsesiones por qué va a pasar,

pues la razón se rendirá, finalmente, al delirio.


Saldrá de mi cabeza la conciencia,

y, por Tu culpa, sangrará mi corazón.


Si el amor zarandea las cadenas,

este viejo universo se sentirá humillado.


Con esta forma de coquetería

los ebrios y los sobrios se sentirán cautivos.


Aquel que vea la esbeltez de Tu figura esbelta

se doblará, encogido por completo.


La enseña de Tu amor ondeará en lo más alto

y se derramará el azote de la excomunión.


Apartado de todo, Nurbakhsh se fue a sentar consigo mismo,

ahora saldrá incluso de sí mismo.

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