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¡Oh amor, ven! Por ti daré la vida.
Levántate, intelecto, aléjate.
Copero del banquete de los que juegan al amor,
bríndanos otro cáliz colmado de tu vino.
Para acabar con este hechizo de “otro” que Él
y acabar para siempre con esta penitencia.
Aquel que es inconsciente de sí mismo,
inconsciente es también de “otro” que Él.
Sólo el amor compró, a cambio de sí mismo,
sólo amor eligió como camino.
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