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¡Oh corazón! Mejor será que no proclames el amor
en ningún sitio, con jactancia.
¡Oh corazón! ¿Qué sabes tú de la amistad,
salvo sueños y vanas fantasías?
¡Oh corazón! Si el espejo está limpio,
no son distintos el enamorado y el Amado.
¡Oh corazón! Cuando el Amado se manifestó,
el enamorado dejó de existir.
Una ola en el mar se levantó
y dijo: “¡No hay poder sino Él...!”, y volvió al mar.
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