El santuario de la sinceridad y la pureza es el retiro de los derviches,
el aliento del espíritu santo es la palabra de los derviches.
Tú que estás atrapado por el mundo y aspiras a lo alto
has de saber que el no-lugar es la altura más baja de los derviches.
¿Hasta cuándo andarás obsesionado, indagando el porqué de la creación?
Has de saber que la finalidad de la creación del hombre es la creación de los derviches.
Sentirse absorto por la flecha del destino, mostrar conformidad,
todo ello representa la tradición y el camino de los derviches.
Los ojos del asceta buscan el paraíso y sus palacios.
El rincón de la pobreza y el anonadamiento es el paraíso de los derviches.
Cada átomo del mundo se mueve, desde siempre,
por el anhelo de verse contemplado por la visión de los derviches.
¿Qué elixir buscas y de quién? Jamás lo encontrarás.
El elixir está en los pasos del servir de los derviches.
Deja tu propio orgullo y no calumnies al derviche.
Apartar del camino a “otro” que Dios, es la razón del celo que muestran los derviches.
Jamás encontrarás ninguna huella del derviche,
pues todo lo que ves en este mundo es un signo de la presencia de los derviches.
¡Oh Nurbakhsh!, ¿cómo puedes hablar del derviche,
si la propia palabra se avergüenza de su incapacidad para elogiar a los derviches?