top of page

El torrente del viaje trae ardor,

el océano de la no-existencia trae silencio y olvido.


En el círculo de los poseedores de estados, el propio silencio es el discurso,

y el banquete de la multiplicidad sólo trae murmullos.


Bebimos una copa y caímos ebrios hasta la eternidad.

¿Dónde está el vino que causó tal estupor?


No es extraño que fuéramos borrados de la memoria de nosotros mismos,

sí, el pensamiento del Amigo trae olvido.


Desde la eternidad, mi destino fue estar sentado permanentemente

junto a una tinaja que provoca adicción al vino.


El ensueño de amor desvela el rostro de la Realidad,

mientras que el sueño de la mente sólo provoca lánguido sopor.


Si Nurbakhsh escribió este poema, embargado de anhelo,

es porque ese torrente del viaje trae ardor.

bottom of page