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Mientras estés consciente de ti mismo, sobre nuestro estado, no preguntes,

sobre el secreto del amor, sobre la forma de esta historia, no preguntes.

 

Mientras tu mente lógica te domine,

sobre el lugar donde el amor gobierna, no preguntes.


Cuando sinceramente te acerques al Amigo,

acepta Su designio, y sobre el “cómo” o el “porqué” no preguntes.


¿Cómo podrás andar por esta senda guiado por tus pies?

¡Ten cuidado! Mientras seas cautivo de ti mismo, sobre Dios no preguntes.


No podrás recorrer este camino si la pasión te guía,

Con esa vana fantasía, acerca del camino de los amigos de Dios no preguntes.


En el banquete de nuestra locura no caben los soberbios,

vete y mantente lejos, y de la fuente donde sacian su sed los locos no preguntes.


Cuando Nurbakhsh llegó a olvidarse de sí mismo,

dijo: “Sobre ese mundo del ‘tú’ y ‘yo’, no preguntes”. 

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