top of page

Ya no me queda corazón para apartarme de Él,

ni me queda cabeza para empezar de nuevo el juego del amor.


¿A dónde puedo ir? ¿A quién pregunto? ¿A quién puedo buscar?

De tal manera estoy, que ya no quiero saber nada de mí mismo.


Si mis ojos te miran con tu Luz,

¿cómo podré mirar a otros que a Ti?


Mis labios cerré a todo, excepto a las palabras del amor.

A todo me hice sordo, excepto a las palabras que me hablaban de Ti.


En mí está el santuario de la Kaaba del Anhelo,

¿por qué, entonces, emprendo el viaje a la Kaaba?


A fin de ver tu rostro, me vacié de mí,

pero es mejor tener en poco esa tarea.


Con el sol de tu cara te convertiste en “Luz” para mi alma,

pues no quisiste Tú que caminara más hacia la luna.

bottom of page