Allí donde está el círculo de amor y de pureza ¡ven!
Hacia el lazo de aquel que te libera de ti mismo ¡ven!
Mantente lejos del banquete de la altivez y de la hipocresía
y allí donde se juntan los que alcanzaron los estados, sincera y lealmente ¡ven!
No vayas con la gente deshonesta,
Con ése que conoce la pena del amor, con ése ¡ven!
Hazte amigo de aquellos que se olvidaron de sí mismos
y allí donde no existen ni el “yo” ni el “tú”, allí ¡ven!
No pises el umbral de aquellos que critican a escondidas,
con quien se encuentre libre de ese mal, con ése ¡ven!
El que habla de “yo” y “tú” es sólo un salteador de los caminos,
con aquel que no existe, con aquel que ha borrado su existencia ¡ven!
Escucha con amor estas palabras de Nurbakhsh:
“Al festín donde sirven el vino del amor del Bienamado ¡ven!”