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Te anhelamos a Ti y también anhelamos tu aflicción,
toda amargura es dulce en tu camino.
Quien se volvió agitado por tu amor,
libró su mente de cualquier inquietud.
Quien con tu amor enloqueció,
rompió con el hechizo de toda fe y de toda religión.
Cuando encontró en sí mismo la gracia de tu amor,
ya dejó de buscar la fe y el corazón.
El amor es el credo, la religión de Dios,
y Dios mismo le da su resplandor eternamente.
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