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Lo que murmuran de nosotros
no nos preocupa para nada.
No nos preguntes más sobre nuestra creencia,
sé feliz con tu propia tradición.
En la religión del amor no hay sino Uno,
el que habla no es distinto del que escucha.
Cuando el sol de su cara radiante amaneció,
de nuestra sombra no quedó ni rastro.
Esa sombra no era sino una ilusión
que se creía real en su ignorancia.
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