top of page
Hemos cerrado el libro del corazón y el Robacorazones,
nos hemos liberado de decir “camino” y “caminante”.
Aquel que nada sabe de sí mismo,
no sabe nada de “tú” y “yo”.
Aquel que no distingue día y noche
nada sabe del sol o de la luna.
Y porque fuimos siervos del amor,
llegamos a ser reyes, en el camino del enamoramiento.
No nos mires así. Pues no teniendo ejércitos,
somos reyes y emires en el reino del corazón.
bottom of page