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Toda una vida hemos pasado ocupados contigo,
soportando por Ti el bien y el mal de la gente del mundo.
Si el esplendor de tu hermosura es hoy como fue siempre,
también nosotros somos los mismos que perdieron su corazón por Ti.
Somos polvo aquietado en tu vecindad,
somos cera fundida entre tus manos.
Lejos de “otro” que Tú, nos hemos refugiado junto a Ti
y de nosotros mismos hacia Ti fuimos cabalgando.
Hemos cerrado la mirada del corazón a los dos mundos,
desde que nuestros ojos contemplaron tu hermosa cara.
Dicen que, conociéndose uno mismo, se llega a conocerte,
nosotros, salvo a Ti, nada sabemos, nada conocemos.
Igual que Tú te ocupas con Nurbakhsh,
también nosotros hemos pasado nuestra vida ocupados contigo.
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