Durante muchos años, en el camino del Amigo, la razón jugó conmigo
diciendo: “Con Tu rostro juego yo al amor”.
Cómo puedo hablar de tu sol, cuando no soy sino una sombra,
la luz te pertenece y como vela me acaricias.
Yo era como una falsa imagen sobre el agua
que borraron las olas del amor de aquella Bella Imagen.
De cuanto existe y de cuanto no existe me he refugiado en Dios,
para que me remedie de mi propio ser.
Con el hechizo de su donosura robó mi corazón y mi alma,
al ver mi desapego de ambos mundos.
Pisoteé ambos mundos caminando hacia Él,
y me cogió la mano viendo mi arrebato.
¿Cómo peregrinar a la Kaaba, para buscarte, Aliento de la vida?,
mi corazón es la Kaaba y no esa piedra de Heŷāz.
De Nurbakhsh y de los altibajos en el camino del amor,
te hablé porque ese es el camino que me enorgullece.