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LA CARAVANA HA PARTIDO

Nosotros, los moradores de la taberna, estamos cautivos del aliento,

del “yo” y del “tú” nos hemos liberado, no somos nadie en este mundo ni en el otro.


De nadie más nos hemos ocupado, sino del Cazador,

y gracias al anhelo que sentimos por Él, jamás nos vimos presos.


Desde que entramos en el reino de la no-existencia,

libres con toda el alma nos sentimos de emires, guardianes y serenos.


Partió la caravana, y nosotros, los ebrios, estamos aturdidos,

inconscientes de todo y extraños al sonido de las esquilas.


No conocemos ni sabemos nada, ni del infierno ni del paraíso,

y nos sentimos libres del fervor y de las artimañas de la gente de la pasión.


En todas partes contemplamos la luz de Dios a través de Dios,

y no buscamos, como Moisés, ni la montaña ni la llama.


¡Oh Amigo! Cuando contigo estamos, ya no somos nosotros, y, gracias a tu luz,

“damos luz”, más allá del alcance de cualquiera.

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