Con ambos mundos mi corazón completamente ha roto,
con el ayer, el hoy y hasta el mañana ha roto.
Sus pies ha puesto fuera del mundo y del espacio,
con cualquier atadura del cielo y de la tierra mi corazón ha roto.
De las agitaciones de “yo” y “tú” completamente se ha olvidado,
con lo agudo y lo grave, con lo de abajo y lo de arriba ha roto.
No sólo se ha librado de la usura de todo beneficio,
se diría que hasta con lo visible y con lo oculto ha roto.
Por un lado, encadenó los pies de cualquier apetencia,
y por otro, con todos los deseos ha roto.
De la felicidad y la tristeza, él se ha desentendido,
y la cuerda de todas las pasiones inútiles ha roto.
¿Puedes decirme dónde mora este corazón? No lo sé,
pues con todas las cosas, salvo con el recuerdo del Señor, ha roto.
¡Qué gran Señor es Él! Pues sin Él nada tiene ser alguno,
con la proclamación del “yo” y el “tú” del mundo, definitivamente ha roto.
¡Oh Nurbakhsh! No hables de Él con nadie,
porque quien escuchó sus Atributos, hasta consigo mismo ha roto.