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Viajero de la senda, si has entregado tu cabeza,
¿qué has hecho para estar tan angustiado?
¿Todavía te ronda alguna duda, alguna incertidumbre?
Quiere decir que la cabeza que entregaste está de nuevo sobre el hombro.
¿Tienen aún sentido para ti el “yo” y el “tú”?
Quiere decir que sigues vivo y que jamás has muerto.
¿Haces aún aquello que deseas?
Quiere decir que no has borrado de tu alma las pasiones del ego.
¿Todavía te afanas por el nombre, la fama y la riqueza?
Quiere decir que no te has desprendido de la atadura de ambos mundos.
¿Sigue siendo tu ser un estorbo en tu camino?
Hiciste el juramento del amor como si no lo hubieras hecho.
¡Oh Nurbakhsh! Los viajeros que están en torno a ti
no se han hecho sufíes, pero tú así los consideras.
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