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¿A QUIÉN ESTÁS REZANDO?

Por mucho que te implore mi espíritu, Tú sigues esquivándome,

¡oh, mi alta Fortuna! ¿Por qué prolongas esta historia?


Has decidido irte de viaje, no tengo queja alguna,

eres el resplandor de la Verdad y abandonas lo falso.


El lugar donde brilla tu Realidad es nuestra irrealidad,

si no estamos ansiosos por tu donosura, ¿a quién te haces esquivo?


Un día le dije: “Perderé mi vida en tu camino, ¡oh, Tú, esperanza de mi corazón!”

Y Él me contestó: “Tu ofrenda vale menos que un grano de cebada”.


Le dije entonces: “Tu mirada cautivadora ha provocado alarma en todo el mundo”.

Y contestó: “No hables. Estás haciendo al mundo cómplice del secreto”.


Predicador hipócrita, no nos reproches la blasfemia,

no sea que yo revele a quién estás rezando.


El que es Aliento de la Vida está en tu casa, ¿cuál es ahora tu excusa,

para que, dándole la espalda a nuestra “Luz”, encamines tus pasos a La Meca?

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