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EL COMIENZO DEL SAMĀ

El samā de los sufíes es sólo por amor al Amado,

porque sus corazones están agitados por su anhelo.


Si estas ebrio de Dios, levántate y da palmas,

salta y salta feliz, toca y toca el pandero.


Deja cualquier preocupación, levántate,

olvídate de ti, y únete a los ebrios,


porque éste es el estado y la pasión de los sinceros,

colmado del fervor y del aliento de los enamorados.


Es el momento del samā, del pandero y el “ney”,

grita embriagado de felicidad y de gozo.


Tal vez así consigas olvidarte de “tú” y “yo” 

y sumergirte, fascinado y ebrio, en el océano de la Unicidad.


Vacío de ti mismo y colmado de Él,

repite “Haq”, “Haq”, “Haq”..., y canta ebrio “Hu”, “Hu”, “Hu”...

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