top of page

EN RESPUESTA A UNO DE LOS COMPAÑEROS DE LA SENDA

¡Amigo mío! Es preciso que la ilusión y la imaginación dejes atrás,

que pongas al amor en el centro y te alejes de ti con toda el alma,

si de verdad deseas dejar las turbulencias de este mundo

y entrar con plenitud en la taberna de la llama sagrada,


“primero, nombre y fama debes dejar atrás”.


Alejé de tu pecho la pena de la búsqueda y sentiste deleite,

saliste de la jaula y junto a mí te hiciste libre.

¿Por qué te abandonaste al ansia de lamentos y de lágrimas,

y, como árbol al viento, inquieto te volviste?


“Suspiros y lamentos debes dejar atrás”.


Mientras yo permanezco ajeno a mí, hay un grupo que está loco por mí;

yo, familiar con todos, y ellos, extrañados de mí. 

Hasta cuando suspiras por el “yo” inconsistente,

sé de tu ardor, ¡oh tú!, que te has trocado en mariposa para mí.


“El único camino es que hasta ese recuerdo debes dejar atrás”.


Nuestra morada fue desde la eternidad el corazón del corazón herido,

la fuente del misterio de Dios es nuestro pecho libre de rencores,

nuestra firme costumbre es la bondad hacia quien se ha quedado sin cabeza ni pies,

nuestro manto de lana es el adorno de aquel Trono sublime.


“Y verás claramente, cuando dejes ambos mundos atrás”.


Yo soy la medicina y el que cura tu enfermo corazón,

el robacorazones de los enamorados y su dueño,

el que escancia la copa de los compañeros y de ti se preocupa,

a veces te rechazo y a veces te acaricio, pues soy yo quien decide.


“Lo mejor es que dejes ‘así’ o ‘asá’ atrás”.


Hasta que el corazón no mane sangre, no serás digno del que es libre de todo,

no serás digno del que es libre de todo, hasta que el corazón no mane sangre.

Si la uva no fermenta, no se volverá mosto.

¿En qué podrá trocarse el corazón, si el corazón no sangra?


“Mejor será que sangre tu corazón, para dejar el alma atrás”.


El esplendor de mi bazar es la ebriedad de los hijos del fuego sagrado,

mi única tarea es transformar en sangre la entraña de los libres.

Dile al que me desea que arda de anhelo en la separación

o que tenga paciencia, porque cayó en mi lazo.


“Sé paciente, para que, a salvo, dejes este camino atrás”.


Para el enamorado verdadero, separación y unión son una misma cosa,

para ese enfermo, la aflicción y la cura son una misma cosa,

para los ojos del amor, fe e infidelidad son una misma cosa,

en el mar, gota y ola son una misma cosa.


“Hallarás el camino que lleva a la certeza, si logras que la duda quede atrás”.


Las palabras de los enamorados hablan de la cadena de mi pelo,

sus continuos recuerdos son sólo un suspirar por el hechizo de mi rostro.

Sus pensamientos sólo buscan, día y noche, captar mi corazón,

sus ojos sólo esperan una sola mirada del rincón de mis cejas.


“Los pensamientos y preocupaciones debes dejar atrás”.


Mira cómo provoco, en conocidos y en extraños, verdaderos tumultos,

y mira cómo paso de amargura o dulzura,

mira que no me alegro por aquello, ni por esto me inquieto,

y mira cómo “otorgo luz”, pues ésta es mi fe y mi tradición.


La única condición es ésta: “que beneficio y pérdida dejes por siempre atrás”.

bottom of page