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No podrás contemplarle con tus ojos,
su semblante está oculto por Él mismo.
Hasta que no aniquiles este “yo” y este “tú”,
no lograrás saborearle a Él.
El verdadero enamorado lo dice todo sin palabras,
porque la letra del amor es muda.
Recuerda que no todo el que perdió pies y cabeza
está, en verdad, sin pies y sin cabeza.
Para que no te aferres a cualquier mezquino,
ni te desvivas por quien fue aniquilado por su propio ego.
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